viernes, 20 de febrero de 2009

¡Déjenme si estoy fumando!


Todas las personas a quienes les ofende olor a cigarrillo están felices hoy, pues prácticamente ya no se puede fumar en lugar que no sea tu casa o la calle.
Qué sofisticados somos, de primer mundo nos creemos, sí, cómo no.
Yo soltaré mi cigarrito cuando pueda ir por la calle sin que me asalten, y si me asaltan, que agarren al delincuente y se hagan cumplir las otras leyes, las más importantes. También dejaré de echar humo cuando sea devuelto todo lo que se ha robado tanto funcionarios ladrones.
Entiendo que se quiera defender el derecho de los no fumadores, incluyendo los niños, pero entonces que los alejen también del smog de las viejas camionetas y del medio ambiente contaminado en general, not to mention de las porquerías que se comen todos los días.
Como dijo Sharon Stone “¿qué? ¿me van a arrestar por fumar?”. Solo faltaría que las cárceles estuvieran llenas de fumadores y no de sicarios, ladrones, secuestradores, diputados, violadores. Claro, es más fácil perseguir a un pobre que enciende un cigarro que a los superpoderosos delincuentes.
Yo casi ya no fumo, pero no quiero renunciar a mi cigarrito del viernes acompañado de una cervecita. No lo hago delante de mi hijo ni de los hijos de nadie, sino en un lugar para ésos fines. Quizá si deberían ser más organizados con las áreas de no fumar y fumar, y los que no se quieren “contaminar” sentarse donde les corresponde. Además, es de gente educada siempre preguntar a quien está cerca si les molesta si uno enciende un cigarro. En cambio, nadie le pregunta a uno si le molesta el ruido que hace, el humo de su carro viejo, la comida contaminada que vende, la discriminación por pensar o actuar diferente.
Para quienes se les va la mano con el consumo, 20 cigarros al día o más, definitivamente hay que buscarles ayuda. No solamente porque muchas veces se gastan lo que no tienen, sino porque además se están matando lentamente. El dueño de la personalidad adictiva y compulsiva igual consume descontroladamente un cigarro que la comida, el sexo, el ejercicio y un largo etcétera.
Pero quienes no tienen ese tipo de problemas de personalidad, pueden consumir muchas sustancias, como el cigarro, sin llegar a extremos.
Rayos, ya se me antojó un cigarrito…

6 comentarios:

el VERDE !!! dijo...

sí amiga, es una vaina todo esto.

no soy fumador pero entiendo lo mal q ha de ser para los sí fuman q de la noche a la mañana les modifiquen su hábito. Es como q a mí me prohibieran a partir de mañana que ya no hable en doble sentido ni haga comentarios verdes, rojos y negros.

Te apoyo cuando decís que se fijan en pequeñeces en lugar de andar detrás de los peces gordos y los clavos gruesos.

Q sigue en su legislación de primer mundo: prohibir el guaro, los puteros y que nos echemos los palitos cuando nos entren las ganas...

Ya no se puede, ya no se puede... y así, ya no juego.

David Lepe dijo...

Me encantás, siempre contra la corriente. Y siempre me obligás a ver otro punto, el cual ignoraba.

Willy dijo...

Es una cruel realidad que nos vean tal mal como a un delincuente. Es aún más injusto que eliminen las áreas para fumadores también. Como tu escribes, creo que con dejar en claro las áreas de fumar y no fumar estaría bien.
Yo se que es molesto para las personas que no fuman pero todos tenemos derecho a hacer lo que nos venga en gana siempre y cuando no perjudiquemos a los demás.

Te apoyo...

Mira... Este es mi link acerca del temita este...

http://williamromerogt.blogspot.com/2009/02/cigarro-vrs-violencia.html

klavaza dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
klavaza dijo...

El fumador es un delicuente de cuello blanco, un asesino encubierto que se mata y mata a los otros en forma despiadada por el humo de segunda mano. Así lo pintan los medios haciendo eco de las conclusiones derivadas de estudios refrendados por la OMS. Entonces, semejante alimaña debe ser perseguida, despellejada y reducida al orden. El problema, es que se trata de una valoración moralistoide, con trasfondo pseudocientífico: mezcla casi imposible de vencer. Así que a fumar escondida en letrinas, trastiendas y tugurios. O en casa, pasando además la vergüenza de saberse una infame lacra social. No defiendo a los fumadores en público. Recuerdo París y las filas de gente fumando desdesperadas en las puertas de tiendas y oficinas. A las filitas de chencas en el suelo y las Brasseries, con el letrero Tabac colgado o iluminado, ya sin poder ofrecer, como antes, un purito a sus comensales. Pero cargar una 9 o una 45, eso sí, el plomo es bueno para la salud, acaba con todos los problemas de un solo tiro.

Ingrid Reyes (Chapolita) dijo...

Pero, si no se prohibe fumar. Todos los fumadores pueden seguirlo haciendo, pero tienen que salir...No funciona eso de las áreas de fumadores o no fumadores. Como dicen tantos artículos es igual a que prohiban orinar en una parte de la piscina y en la otra no, al final todos estaríamos en agua contaminada. A mi parecer esta ley es un gran avance...de los mejores.