jueves, 21 de julio de 2016

Lo logré, tengo un diploma virtual

Hace rato que tenía la curiosidad de probar los cursos en línea. Tenía conocidos que hace años tomaban cursos de e-learning que, al parecer, eran bastante rígidos y difíciles. Allí los miraba haciendo tareas y exámenes en la madrugada para cumplir con los requerimientos y fechas, además, debían hacen tele conferencias e incluso acudir a lugares físicos para hacer exámenes.


Recuerdo en especial a mi amiga Ericka, con la que hice un viaje a Bélgica. Debido al drástico cambio de horarios, mientras el resto dormíamos para descansar de las caminatas diarias, ella debía pasar gran parte de la noche recibiendo clases de su diplomado que no podían aplazarse.


Otro factor que me detuvo alguna vez de entrar a uno de estos diplomados fue el costo, era bastante elevado. Sin embargo, era muy apetecible tener un diploma de alguna universidad prestigiosa del mundo, así que me quedó siempre la espinita.


No es que no me guste ir a un salón de clases real, actualmente me encuentro trabajando mi tesis y eso es otro tipo de actividad académica. Lo que pasa es que ahora mi vida tiene muchos otros aspectos que debo manejar por lo que el tiempo es un recurso vital, sin mencionar el tráfico y el costo del combustible. El diplomado que hice el año pasado de la UNIS e Inguat fue agotador físicamente, recordé lo que implica la logística de los traslados y las levantadas temprano.


Así que estudiar en línea se vuelve entonces una excelente opción.


Mi primer intento fue con un curso gratis del a UNAM el año pasado. Me apunté pero nada pasó, no me avisaron nunca qué debía hacer ni recibí ningún material ni links, no sé si mi dirección de correo no fue incluida en la lista de alumnos. Lo cierto es que solo recibía notificaciones acerca las tareas y exámenes que no había hecho. Nunca supe qué pasó, en ese momento pensé que ese era el problema de un curso gratis: muchas personas han de tomarlo desde muchos países y se vuelve difícil el control.


Pero no me di por vencida, era obvio que con el avance de toda la tecnología y las herramientas que giran alrededor de la web habría cambios importantes. Los cursos que se conocen como MOOC (Massive Open Online Courses), han evolucionado lo cual hace todo mucho más sencillo.


Aunque muchas universidades ofrecen sus propios MOOCs, existen plataformas como Coursera y Edx que en un solo sitio web reúnen a cientos de Universidades y ofrecen cientos de cursos. Estan diseñados para que todo sea mucho más flexible y fácil desde cualquier lugar en cualquier momento, todo es en línea y sin horarios. Uno de sus principios es, además de ser masivo, que el acceso al material del curso es gratis, lo que se debe pagar es el diploma, y en algunos casos las evaluaciones.


Lo no tan bueno


Siempre hay pros y contras en todo. En estos cursos el proceso enseñanza-aprendizaje no se cumple a cabalidad, pues todo está basado en lo que dicen los profesores que están lejos, con los que no se puede interactuar. Está claro que en la vida real en muchas clases lo más enriquecedor sucede cuando participan todos y se intercambian ideas.


Además no hay verdadera interacción entre estudiantes, no surgen esas amistades basadas en una pasión en común y que suelen durar toda la vida.


Todos los estudiantes son tratados iguales, lo cual perjudica tanto a los que tienen ciertas desventajas como los que van más adelantados. Además, si algo no está claro es difícil resolver dudas de inmediato, se puede pero lleva su tiempo.


En realidad es una educación solitaria, no suceden todas esas actividades “extra aula” que son tan importantes en la vida de un estudiante. Por eso quizá es más recomendable para quienes ya pasaron por las aulas universitarias y quieren explorar temas específicos y actuales, y no para los jóvenes que deben tener toda la experiencia educativa en sus 20s. Claro, también es muy recomendable para quienes por alguna razón no pueden salir de sus casas.


Lo que sí me gustó


Pero por supuesto que tiene sus cosas positivas. A diferencia de los cursos en línea tradicionales, los MOOCs son más accesibles pues, en principio, cualquier persona puede aprender sin tener que pagar porque las lecciones son gratis. Y aún los diplomas son más baratos y se pueden pagar por curso ($79). Es decir, hay “especializaciones” que constan de varios cursos, pero uno los toma y los paga de acuerdo a su tiempo y conveniencia. Y si no le interesa el diploma no paga y solo aprende.


Yo estoy sacando la especialización de Creative writing, sí, en inglés porque no encontré uno parecido en español. Es impartido por la Weslayan University por excelentes profesores y escritores. Ha sido un reto escribir creativamente en otro idioma que no es el mío, pero lo importante son las herramientas que estoy adquiriendo y puliendo, en el caso de las que ya tenía.


Me encanta que pueda ver las lecciones cuantas veces quiera, incluso en mi iPhone o iPad, pues la aplicación es genial. No se cómo serán los otros cursos, pero me gusta que no se vayan por las ramas, no es un curso introductorio, nos tratan como si ya todos fuéramos escritores. Claro, esto podría afectar a quienes nunca han escrito, pero supongo que por eso uno debe elegir cuidadosamente los cursos.


También me agrada que las tareas sean escribir textos aplicando específicamente lo que se aprendió.  Al principio me dio miedo, nunca había escrito relatos en inglés, pero cuando te obligan a hacerlo no queda de otra. Afortunadamente, los comentarios han sido mucho más positivos de lo que esperaba (tengo 100 de nota final). Y la verdad, no estoy allí para lucirme, realmente quiero aprender, lo cual me lleva al último punto.


De cierta manera, me gusta el anonimato con el que se toman los cursos. Mis compañeros son personas de las que nunca había oído hablar, igual para ellos soy una latina que escribe tímidamente en inglés. No soy muy aficionada a los talleres que se organizan en “vivo” (algunos bastante caros), a veces la gente no llega precisamente a aprender sino a lucirse o a ser escuchada, y por eso a veces se pierde valioso tiempo.


Lo cierto es que ya tengo mi primer diploma (that baby goes straight to my CV), y voy por más!