Hace poco compre un cuchillo multiusos, de esos que ofrecen hasta cortar latas y zapatos. Cuando al fin me lo entregaron (lo compré por catálogo) descubrí que no lo podía usar. No hay manera de que un zurdo pueda, por ejemplo, pelar con esa cosa.
Me enfadé mucho y recordé todas las peripecias que he enfrentado por ser zurda. Cuando era pequeña, mi mamá me llevaba a clases de bordado con unas dulces ancianas. En cuanto se iba, las adultas mayores empezaban a decirme que usar la mano izquierda era malo, que debía usar la derecha. Yo era una niña de 7 años que ni siquiera le gustaba bordar, así que no les ponía coco a las viejitas. Pero llegó el día en que ellas quisieron hacer un experimento: me amarraron la mano izquierda a la silla. Luego me dieron una tijera para que cortara con la derecha, lo cual intenté sin ganas y ellas se enojaron. Bastó contarle a mi mamá la experiencia para que se acabaran las clases.
Solo los zurdos saben lo que se siente tener que acomodarse en un mundo de derechos. Nunca me he sentado en un escritorio para zurdos. En la primaria y la secundaria ni los conocían, en la universidad había un par que siempre estaban ocupados. Esa tablita que sirve para apoyar el codo ha de ser cómoda, porque yo siempre terminaba cansada de tener el brazo en el aire al escribir.
Los deportes son otro tema. Cuando era pequeña era fanática del baseball, pero no tenía guante de zurda, entonces tenía que usar uno de derecho y era un desastre. No duré mucho como segunda base, los doble plays nunca salían bien porque se me salía la bola del guante. Además, los profesores de física pretendían que hiciera los saques de boleyball y que rebotara la pelota de basket con la derecha.
Y qué decir de las computadoras, hasta la fecha no he visto en persona un Mouse para zurdos, y mi pobre y débil mano derecha vuelve todos los días adolorida a casa.
Si bien tal vez hubiera sido una buena deportista, o bordadora profesional, hoy leí que todos esos obstáculos hacen más capaz al zurdo. Aprendemos a hacer las cosas de las dos maneras, usando ambos lados del cerebro. Al igual que los chaparros desarrollan (bueno, desarrollamos) un carácter fuerte para no dejarse de los grandulones, los zurdos encontramos soluciones creativas para todo.
Y lo mejor, es que uno se siente especial. Solo el 10% de la población es zurda.
¡Feliz día de los zurdos! Yo soy zurda para todo, ¡qué viva la izquierda!
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6 comentarios:
Yo me masturbo con la izquierda. Eso me hace ambidiestro.
Si sólo un 10 por ciento de la población es zurda ¿por qué conozco a tantos zurdos? En fin, feliz día y me alegro que ahora se respete más la condición de zurdos.
jajajaja esa tu gracia no te la conocia... o nunca me di cuenta...saludos Jlow!!!
Ps. decile al Jpi que no queremos saber como utiliza su dedo Medio. jajajajajaaa
Le acaba de decir a una mi amiga, te lo digo a tí. Escribiste sobre algo que nosotros los derechos nunca sabremos ni comprenderemos en realidad.
Adelante mi pequeña gran izquierda.
Dichosa! Por ser zurda estás dominada por el lado derecho del cerebro, que maneja la creatividad y el pensamiento abstracto.
Dexter, derecho; sinister, izquierdo. Ya desde la raíz tiene sus connotaciones el asunto. Y sí, cuesta ser izquierdo en un mundo derechoide. Yo podía jugar ping-pong con las dos manos, pero no tenis. Y en un momento dado, pude escribi con ambas manos. Sentite bien de ser zurda, son babosadas, cabal, de viejitas.
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