martes, 10 de agosto de 2010
Pixar hace su tarea
Me había resistido a escribir sobre estema porque no me considero experta en cine. Sin embargo, la escribo desde el punto de vista de mamá. (A veces pienso agregar en mi currículum, luego de 4 años de arduo entrenamiento, "experta en películas infantiles).
De jovencita, cuando miraba las películas que les tocaba ver a mis sobrinos y otros niños cercanos, me preocupaba. Princesas, príncipes, reyes, sirenitas, magos, brujas y otros personajes aparentemente inocentes parecían sembrar en ellos ideas desafortunadas. Que la belleza física es muy importante, que la felicidad estaba en un palacio y una vida sin esfuerzo y en el amor de pareja, que la magia y los amuletos podrían arreglar cualquier situación, que las mujeres siempre tenían que ser rescatadas, entre muchas otras cosas.
En el caso de mi sobrinita, me preocupaba que pensara que ser mujer tenía que ver con su rol de dama en apuros y que el amor, mágico e intenso, se obtenía instantáneamente al encontrar a un apuesto príncipe. Porque en esas historias el amor surge así nomás, de la nada, mirándose a los ojos por unos segundos se llega a la conclusión de que es el hombre con quien vivirán felices para siempre.
Sabiendo que los niños ven una y otra vez las películas que les gustan, rogaba por que el panorama cambiara para cuando tuviera un hijo. Y para mi suerte, cambió. Películas como Shrek lograron incluso burlarse de ese esquema anticuado, celebrando la fealdad y el amor que surge cuando hay cosas en común. Me encantan esos gordos ogros que viven felices, que en lugar de cantar melosamente a las criaturas del bosque escuchan música pop y eructan sin pudor.
Y así, mi retoño tiene un abanico más amplio de opciones en películas, las cuales, claro, he visto junto a él. Por ejemplo, Dreamworks ofrece un montón de alocados y mucho más entretenidos personajes que a él le encantan. El primer flechazo fue con Kung Fu Panda, la vio más de 20 veces, hasta que el disco se arruinó. Este gordito no me caía mal, pero me chocaba un poco el hecho de que fuera “el elegido” para salvar un pueblo solo porque sí, porque era su destino. Dejando atrás a quienes habían entrenado por años para ser “maestros”, el panda pasado de libras estuvo listo en un par de días. Ok, entiendo, es bueno decirles a los niños que pueden ser lo que quieran, pero también es bueno dejarles claro que todo requiere un arduo esfuerzo.
Luego mi pequeño Manuel encontró las películas Madagascar 1 y 2, sin tener un personaje favorito en especial le encanta verlas y yo las disfruto mucho. A veces creo que está más dirigida a los adultos por ciertos chistes, pero también me parece que eso es un esfuerzo para que las historias sean más familiares que infantiles.
Muchas otras películas le han gustado a mi hijo, por un rato. Hemos visto casi todas, incluso clásicas como Pinocho, Dumbo y Bambi, que le aburrieron un poco. Dos muy recomendables, fuera del circuito de Hollywood, son El viaje de Chihiro y La leyenda de la nahuala.
Pero el verdadero flechazo ha ido con las películas de Pixar. Ambos, mi hijo y yo, somos fans. Yo lloro cada vez que veo Buscando a Nemo, Up y Toy Story 3. Manuel simplemente no puede dejar de ver las 3 de Toy Story y Cars (ya casi me las sé de memoria).
Hay algo especial en las películas de este estudio. Supongo que es el talento combinado de muchos artistas. No son cursis pero emocionan, las historias son más humanas aunque se traten de carros, juguetes, robots o peces. Algo que agradezco es que cuiden todos los detalles, que no confundan a los niños. Por ejemplo, la película Las locuras del emperador (de Disney) me divirtió, pero también me molestó esa actitud tan gringa que en sus películas buscan uniformar a todos los latinoamericanos, cuando nuestras culturas y costumbres son tan diversas. Aquí los incas oían música más bien caribeñan y quebraban piñatas, entre otras cosas.
Up en muchos sentidos me parece una joya del cine, siendo crucial la manera en que fue desarrollada. A diferencia de los creadores de las Locuras del emperador, los de Up investigaron exhaustivamente el lugar al cual querían llegar los protagonistas: las Cataratas Del Paraíso.
Y no me refiero por medio de libros o películas, sino a que hicieron un largo y accidentado viaje hasta ese apartado lugar. Papel y lápiz en mano, los artistas contemplaron de cerca la exuberante belleza de esa geografía venezolana. Así nacieron esos escenarios, esos personajes, esos colores. Ellos afirman que estar tan lejos de todo los inspiró mucho más.
El resultado se nota al ver la película, una oda al amor, a la solidaridad y a la persistencia. Tiene todo lo que quiero que mi hijo vea en una película, sin estereotipos. Los protagonistas son un adulto mayor, pocas veces tomados en cuenta como héroes, y un niño con padres divorciados, un tema muy actual y necesario.
Es por eso que ver La princesa y el sapo (de Disney) me pareció un retroceso, con sus clichés y sus numerosas cancioncitas. Además, aunque al principio se podría creer que la chica negra (aunque con los rasgos de muñeca barbie) era diferente (pensaba obtener su sueño trabajando), al final tiene su final feliz casándose con un tonto y superficial príncipe, convirtiéndose en princesa y obteniendo el dinero de sus suegros...
Afortunadamente no le gustó a Manuel. Larga vida a Pixar.
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1 comentario:
Los de Pixar son genios. La atención al detalle, los colores, la música, todo tiene un porqué, todo está bien pensado. El esmero con que trabajan sus películas es increíble. Son años para transformar una idea en el producto final que vemos en el cine. Si no están 100% satisfechos lo botan todo y empiezan de nuevo. Eso es lo que los hace diferentes. Y a diferencia de Dreamworks, no dependen de tanta referencia pop, por eso estoy seguro que sus películas perdurarán mucho más en el tiempo. Una película que les recomiendo mucho a tu hijo y a ti es Mi vecino Totoro. Es japonesa y es increíble. Tiene más de 20 años. La influencia del animé en las películas de Pixar es evidente, y en Toy Story 3 Totoro hace una aparición. Es un como conejo gris de ojos bien abierto. Tienen que verla, es todo lo que una historia animada bien contada puede llegar a ser.
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