lunes, 19 de julio de 2010

En busca de mi jessiquidad


Me pediste que aprovechara estos días que estaré sola.

Cuando no estás, vuelvo a ser un poco como era antes. Curiosamente, retomo mis rituales como si fuera ayer cuando vivía sola. Vi mucha tv, programas sobre asesinos en serie y sobre la independencia de América.

Leí mucho tiempo en el baño, escuché música mientras me desmaquillaba. Me hice un laaaaaaargo pedicure mientras lucía una horrible mascarilla color verde.
Luego vi todo el noticiero de la noche en lugar de solamente los titulares y, sabés qué, tenés razón, no vale la pena hacerlo.

Organizando mi ropa de la semana, me topé con los últimos calcetines que dejaste tirados en tus carreras por empacar. En lugar de enojarme, como suelo hacer, me dio ternura tu resistencia pacífica.

Ocupé toda la cama mientras dormía inquieta. Extrañé tu tibio cuerpo junto a mí. Me levanté tarde porque tú eres mi despertador de lujo, con ese beso que apenas puedo responder. Me cuesta tanto levantarme, no como tú, que te levantás lleno de energía y feliz.

Soy un poco como era antes, pero ya no sé si me gusto. Tú me decís que aproveche estos momentos a solas, pero creo que ya no me hallo, literalmente.

Para empezar, creo que no soy tan simpática sin ti, tú me ayudas a sonreír y a sentirme bien. Tu paz es contagiosa, todo es más sencillo si tú estás.

Hace años no me gustaba la idea de ser la pareja de alguien, de ser la mitad de algo, pero no podemos negar que al amar, al vivir juntos, ocurre un curioso prodigio. Nuestras rutinas están enlazadas, tus gestos y palabras se complementan con las mías. Eres el mejor confidente que he tenido en toda mi vida, me gusta cómo estamos de acuerdo en tantas cosas y cómo me llevas la corriente cuando aparezco con ideas locas y difíciles. Siempre estás de mi lado.

Antes vivía sola y pensaba que estaba bien, que podía hacer lo que me diera la gana siempre. Pensé que al unirnos estaba cediendo, que estaba perdiendo un poco de mi jessiquidad, que había entrado al rebaño.

Pero nada es más alejado de la realidad, porque tú eres una persona fuera de lo común. He ganado tanto, he aprendido tantas cosas, he vivido momentos que no se pueden comparar con la vida gris y monótona que llevaba antes. Eres un gran artista e inundas nuestra casa con tu creatividad y energía. Ahora soy tan feliz.

Es definitivo, no quiero volver a ser como era antes, gracias a ti quiero ser mejor.

5 comentarios:

David Lepe dijo...

linda carta de amor.

Prado dijo...

Si me escribieran eso me regreso en bicicleta. O lo que tenga a mano.

La Ceci dijo...

Sos dichosa, afortunada de vivir y disfrutarte así. Salú por ti!

QUE BELLEZA Y DULZURA DE CONFIDENCIA.
Gracias por dejarme conocerla.

Ranferí Aguilar dijo...

Leyéndote comenzó todo. Así te conocí.
Y aunque luego pasó mucho, y hemos llegado a compartir tanto,
cuando vuelvo a leerte siento que es cuando mejor te conozco.
Y si en algún momento siento que te quito tu tiempo para escribir me preocupo,
porque sé que me robo tu esencia, tu energía, tu arte. Por eso dije que aprovecharas tu tiempo mientras no estoy.
Nada quisiera hacer que te apartarte de tu oficio,
porque no sólo sé que es lo mejor para ti,
también, debo aceptarlo, soy egoísta,
porque es a mí al que más me gusta leerte.

Andrea dijo...

Mi corazòn cáscara de nuez se llena de algo así como luz y mariposas cuando leo esta correspondencia entre uds. dos que se quieren tan bien.Abrazos!