martes, 22 de junio de 2010

Mi segundo nombre es controversia




A veces pienso que lo hago sin querer, pero muchas veces me he pillado buscando la controversia a propósito. En otras ocasiones es la consecuencia natural de decir exactamente lo que pienso, que no siempre es lo más aceptado (ser atea me ha traído problemas, así como mis ideas sobre las drogas, el suicidio, el aborto y otros asuntos por estilo).

Según una persona anónima nunca aprendí a decir “reviro”, lo que sea que eso signifique. ¿Cómo se aprenderá eso? ¿Será que a los 38 años puedo todavía? Y la verdad, no sé si me interesa. Me interesa solamente ser fiel a mí misma, así tal cual soy, quizá exagerada para algunos (“drama queen” a mucha honra). El riesgo siempre es provocar incomodidades y enojos.

Agradezco a quienes me apoyan y también a quienes tienen opiniones diferentes, los respeto a todos. Esto no es una guerra, ni un concurso de popularidad. No soy la mejor escritora, nunca dije que lo fuera ni es mi intención serlo. Tampoco soy la más sabia ni la más “cabrona”.

Solo quiero ser la más feliz de las mujeres y, debo confesar, la mayor parte del tiempo lo soy. La vida ha sido muy buena conmigo, aunque a veces parece que lo olvido.

Mi vida ha sido dura en muchas etapas, pero en la actualidad no me puedo quejar. Como dije en un post anterior, recientes acontecimientos me han hecho pensar que debo rectificar ciertas cosas. Siempre se aprende algo nuevo y siempre siempre se puede mejorar.

Ahora, a seguir en lo mío.

1 comentario:

David Lepe dijo...

linda reflexión Jess.