En la universidad eran los críticos, los que protestaban por todo lo malo que hacían “ellos”, los del gobierno. Exigían cambios, respuestas, acción, parecían entender lo que hacía falta para cambiar este país.
Ahora, muchos de esos contestatarios están del otro lado. Desde que empezó el gobierno de la UNE empecé a ver a varios amigos y conocidos convertidos en funcionarios. Aquéllos jóvenes aguerridos y hasta temerarios, ahora forman parte de un gobierno por demás polémico. Se han cambiado los papeles, lo cual me parece bizarro.
Uno de los primeros fue Carlos Barreda, a quien recuerdo como uno de los más inteligentes de la AEU de los noventa. Barreda, Manolo Vela, Ronald Mijangos y Víctor Ayala conformaban un secretariado bien integrado y trabajador. Educados, bien planchados y buenos estudiantes, se les podía vislumbrar un brillante futuro. No eran ni borrachos ni vagos, sino se tomaban en serio su trabajo. Definitivamente, eran otros tiempos (ya parezco viejita, pero es que había disciplina).
En el caso de Barreda pensé que era lógico pensar que gracias a sus conocimientos en su campo trabajara en el Ministerio de Finanzas, luego de hacerlo para organizaciones sociales. Creo que empezó en el gobierno anterior, pero se quedó con el actual llegando a altos puestos, como el de vice ministro.
Pero ahora hay más de aquellos soñadores en el gobierno actual. Esto me produce sentimientos encontrados. No me gusta este gobierno, para nada. Me da rabia que se piense que su populismo es de izquierda. Pero cuando pienso en mis conocidos que están allí creo que quizá están haciendo lo mejor que pueden. ¿Por qué quisieron involucrarse precisamente con este gobierno? ¿por qué incluso algunos de ellos lo defienden a capa y espada? Quizá es el primero que los toma en cuenta, que en lugar de buscar en las filas del empresariado se dio a la tarea de ir con los peludos, con los rebeldes, con los que siempre han estado con ganas de hacer algo.
El caso de los Blanco Lapola es singular. Eran años difíciles cuando los conocí, no se había firmado la paz pero estaba muy cerca. El enfrentamiento era ideológico. Entonces la policía nacional (a secas) y todos los entes de “seguridad” eran nuestros enemigos naturales, habían perseguido y matado a innumerables compañeros, era de tenerles miedo. Ni Orlando ni Gustavo (a quien conocí bien de cerca) dijeron públicamente que su hermana Marlene era parte de dicha institución.
Recuerdo en especial una vez que andábamos con delirio de persecución, creo que había habido ataques, no estoy segura. Entonces cuando aparecieron en la AEU fotografías de actos oficiales de la policía, cundió el pánico. Todos estaban seguros que había infiltrados, orejas, que habían olvidado sus fotografías por un descuido o para asustarnos. Ahora se me hace que eran fotos familiares de los hermanos Blanco.
Lejos estábamos de saber que, según ha declarado la misma Marlene, dicha familia tenía a sus hijos en bandos diferentes, lo cual, asegura, les provocaba más de un conflicto.
Lo cierto es que en tiempos de paz hubo reconciliación entre ellos y ahora trabajan para el mismo gobierno, que al parecer en eso sí son democráticos, acogiendo a todos por igual.
Quizá algunos de estos rebeldes de antes piensan que es mejor estar adentro que afuera para hacer cambios, o quizá cambiaron su forma de pensar. Tal vez fueron sus circunstancias actuales las que les hizo imposible negarse antes una buena plaza y un buen sueldo. Ojalá no tengan que arrepentirse.
¿Dónde quedó todo lo que soñamos?
El plan era hacer una revolución, cambiar todo desde las estructuras y luego desde una sociedad más justa buscar el progreso. Era un sueño, nada más. Qué duro despertar y tener que conformarse con un Gobierno Solidario sin transparencia, que se equivoca una y otra vez, que quiere perpetuarse en el poder haciendo campaña desde ya con el dinero de todos.
Qué desesperanza.
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2 comentarios:
Jessica: Saludos, hoy comento por primera vez en tu blog. Espero que tantas cosas que pasan (a ti, en este caso) sean, por demas, una fuerza que lleve al descubrimiento de nuevas formas de plantear la experiencia de la vida, y en esa forma elevar el vuelo del alma dejando atrás tantas angustias, que casi nunca valen la pena en este pais que nos habitamos, retazo de una imágen retorcida con la carcajada del estado fallido que se ufana en sus miserias e ignorancia en todo sentido. Jesiica Un abrazo fuerte y mi solidaridad para contigo y el mejor de los deseos (porque así son las cosas) de que algún día caiga el velo que construyen las lápidas (con el metal de las monedas) que existen en tantos ojos.
gracias a tí por tu voz y fuerza.
Noviembre
Fueron personas capaces con una mentalidad muy clara, en aquel entonces se les miraba un perfil muy honesto a los cuatro, de los Blanco no logre conocerlos solo escuchaba los comentarios de algunos compañeros que estuvieron en el "hono" de como eran de amenas las reuniones ... se les perdió en el camino??? eso "la historia lo juzgara"... El camino estaba marcado, desde el FDNG, URNG y hasta estos tiempos UNE, era una manera digna de terminar??? Oliverio marco el camino, estas personas estarán haciendo lo correcto???
MIGUEL MATABACHAS
Anoche habló Miguel Matabachas.
Lo vi por la televisión.
Mis ojos no podían creerlo
Es un político de profesión.
Que pasó con aquel estudiante
Defensor del trabajador,
De discursos panfletarios,
Que gritaba en la Plaza Mayor
Miguel Matabachas, el sistema se lo fumó.
Miguel Matabachas, olvidó su revolución.
Ahora habla de finanzas
En vez de la justicia social,
Cambio su barba y su guitarra
Por un traje neoliberal.
Y que no diga que no recuerda
Cuando viajaba en bus,
Tenía el pelo largo y usaba
Sandalias como las de Jesús.
Miguel Matabachas, el sistema se lo fumó.
Miguel Matabachas, olvidó su revolución.
Se le empolvó su guitarra
Con ella su ideal,
El quiso cambiar al mundo
Y el mundo lo cambió al final
Pasó diez años estudiando
Y a pesar de todo nunca cerró
Y ahora los títulos le sobran,
La política lo licenció.
Miguel Matabachas, el sistema se lo fumó.
Miguel Matabachas, olvidó su revolución.
Miguel Matabachas, el sistema se lo fumó.
Miguel Matabachas, olvidó su revolución.
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