martes, 9 de febrero de 2010
Llegó la hora: adiós al cordón
Me veo el ombligo y allí está, envejecido y podrido, mi cordón umbilical. Largo, como la tristeza, llega a esa placenta que ya no me nutre sino que me envenena. Ese pastel de sangre y tripas que antes era tan acogedor, ahora es un pantano que me asfixia.
No importaba que tan lejos me fuera, que alto subiera o que bajo cayera, siempre me llevaba de vuelta a donde mismo, a mis inicios, a mis orígenes, reclamándome por las escapadas, haciéndome sentir mal por mis ganas de volar, por mis ganas de hundirme, por mis deseos de ser diferente. A veces era la cuerda de un cometa, otras la soga al cuello, a veces el hilo de pescar, otras el rastro de sangre que lleva a la cadáver. He tomado la tijera, un escalpelo brillante y mortal, lo estoy blandiendo en el aire, a punto de cortar con todo…
Tengo una difícil relación con mi mamá, desde que tengo memoria. Hoy estoy triste, me siento un hoyo en el alma porque veo que con el paso de los años, en lugar de mejorar, empeora. Supongo que las dos nos volvemos viejas y más neuróticas.
Puedo ser un tigre con otras personas, menos con mi mamá. Puedo mentarme la madre con quién sea, pero con ella bajo la cabeza. Qué tonto suena, pero me duele tanto. Ella es como esa vocecita dentro de mi cabeza que no me deja en paz. Una piedra en mi zapato. Si bien me importa poco lo que digan los demás de mí, sus críticas me hieren como mil puñales.
No dudo que la amo, tampoco que ella me ame a mí. Pero somos tan diferentes, tan dolorosamente opuestas. Me duele que nunca hayamos podido llevarnos bien, que solo nos hayamos soportado por todos estos años.
Lo cierto es que ya me cansé, estoy agotada y harta. Para mí se acabó.
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5 comentarios:
Lamento. Yo tuve suerte, me llevaba de perros con mi padre pero, por suerte, vivió mucho, lo suficiente como para que lo llegara a comprender. Ya leíste Mommy Dearest?
Solo te puedo recomendar, hacé todo lo posible para que esto no se repita con tu nene.
PUes bienvenida al Club, en esta sociedad somos condenadas pero suele sucedernos a muchas que nuestra relacion hija madre pues no es lo maravillosa que es para las otras personas. Asi que envuelve tu corazon en papel de seda y mira para adelante sin culpa.
Lo importante es no repetir el patrón, y tratar en la medida de lo posible de comprender las circunstancias que las rodearon y las criaron. Al final de cuentas aunque suene trillado: es tu mamá y no hay para donde, cuando pasés esta crisis abrazala sin motivo y sin decir nada... solo abrazala
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