En Guatemala hay muchos artistas valiosos, la mayoría formados con sus propios medios, desarrollándose como pueden cuando sus otros trabajos se lo permiten. Solamente si ganan algún premio o reconocimiento “importante” (que generalmente es internacional), se les hace la bulla. De lo contrario, jamás. Los artistas que tienen una larga trayectoria tienen la satisfacción de haberlo logrado por sí mismos.
Es muy largo de enumerar las razones y los matices de esta problemática, como larga es la historia de un país fallido como Guatemala.
Los festivales culturales son parte de estas tareas titánicas que algunos soñadores llevan a cabo. Admiro a Lucía Escobar por lo que ha hecho desde que se fue a Panajachel. Pero en esencia lo que más me gustaba era su independencia, su carácter “artesanal”, por llamarle de alguna manera. Ella y su esposo han construido alrededor de sus Festivalitos y sus Festivalotes una mística de colaboración, de solidaridad y de convivencia entre artistas, ajenos a cualquier filiación política o corriente ideológica.
Sin embargo, esta mística se ve amenazada ahora que se han involucrado en las Fiestas de Octubre. Les tengo verdadero afecto y he recibido apoyo de ellos tanto en lo personal como en lo profesional, pero no logro comprender cómo no se dieron cuenta que inmiscuirse con la gente de este gobierno no tendría ningún resultado positivo.
Cuando primero me enteré que Lucía convocaba a artistas para un festival, un poco a la carrera para mi gusto, no me sorprendió. Luego se empezó a hablar de los 7 millones y de ACUDE y de que el gobierno apoyaba, y hasta entonces conecté ambas cosas.
Los artistas más importantes tienen agendas llenas con sus propios proyectos, por lo que me pareció que convocar en agosto a un evento que se llevará a cabo en octubre hablaba ya mal de un evento que quiere venderse como lo más grande nunca antes visto.
Ahora, con toda la polémica de los 7 millones que en realidad no eran tales, mi pobre amiga está en medio de un problemón que se está tomando a pecho, quizá muy a pecho.
Me pongo en su lugar y veo que de buena fe ella quiso aportar en un algo que sonaba muy bien, un super festival que contaba con lo que otros no tienen: fondos. Los organizadores vieron la oportunidad de aprovechar su experiencia en la organización de festivales parecidos, pues gente como ella logra hacer posible lo imposible.
Sin embargo, no contemplaron el rechazo que tiene el público en general ante lo que hace este gobierno con lo que consideran su dinero. El panorama no podría haber sido más adverso, en medio de hambrunas y sequías. Todo lo que huele a escándalo “Colom” se pone en las primeras páginas de los periódicos, los columnistas lo empiezan a comentar, la gente empieza a opinar. Y así, de un plumazo, el trabajo y la buena intención de personas como Lucía se vieron afectados.
En lo particular, me choca la forma tan superficial que el gobierno ha querido reivindicar a los mártires de nuestro país, con mantas y homenajes. Me choca que se comparen con gobiernos realmente humanistas y solidarios. Por ende, veo oscuras intenciones en todo lo que hacen. A pesar de admirar tanto la Revolución de 1944, como izquierdista que soy, no me nace ir a nada de lo que ellos organicen. Prefiero ir a la marcha.
Lamento que Lucía y otras personas honorables hayan quedado atrapadas en esta polémica. Para hacer un festival de la magnitud que ofrecen, no se necesitan 16 horas diarias de trabajo por algunos meses, sino una entidad que trabaje todos los días por años. Mejor se hubieran reunido a pensar bien las cosas, a hacer alianzas y consensos y organizar algo para el 2010.
Por ejemplo, el Festival en el Centro Histórico de la Ciudad de México, que por 25 años ha hecho uno de los eventos más esperados de la región, tiene todo listo para el que realizarán en marzo 2010, y están empezando a planificar el del 2011.
Lucía, no te tomes a pecho una guerra que se libra a otros niveles, entre políticos y otros sectores de poder. La cultura seguirá adelante, como dices tú, con o sin dinero. Mejor si sin dinero del gobierno.
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5 comentarios:
Bravo Masaya, excelente artículo. Comparto tu opinión.
me ayudas a abrir los ojos.
Tengo varias opiniones al respecto de tu post, algunas podrían coincidir con las tuyas y otras definitivamente no. Está claro que las intenciones han sido buenas, pero eso no significa que los procedimientos hayan sido correctos, en el sentido de ser eficaces y eficientes. Como hay muchos ejes temáticos en este asunto, me gustaría sólo dejarte algunos temas para reflexionar, aprovechando tu espacio tan visitado. Para empezar, quiénes son ACUDE en Guatemala. Dado que se supone que se le confió en algún momento un presupuesto más alto que el techo presupuestario del máximo que tienen muchas instituciones del Gobierno para realizar una actividad similar, debe tener un curriculum, una trayectoria que pueda conocerse públicamente. ADESCA por ejemplo, con la trayectoria que tiene, me parece que cuenta con tres millones anuales para responder a las solicitudes de proyectos varios. ACUDE en México es "Acuerdo Universitario para el Desarrollo Sostenible de Jalisco"; en Argentina es "Ambiente, Cultura y Desarrollo" y en Guatemala? son "Arte y Cultura para el Desarrollo" pero dónde encontramos información de esta ONG? Existe a partir de la organización de Las Fiestas de Octubre?. Un segundo punto, es con respecto de las competencias de la SEPAZ y del PNR, que en este caso aportaban la mayor parte del presupuesto en efectivo y cuando hablo de competencias, me refiero a la necesidad de revisar las misiones para lo que las instituciones del Estado han sido creadas. Es igual si el Ministerio de Salud anuncia un aporte similar para una actividad similar, sería cuestionable, sea cual sea el medio que lo haga público. Al llegar a este punto, veo de nuevo la necesidad de fortalecer al Ministerio de Cultura… del que no se ha escuchado ni una frase… Un tercer punto, es la coordinación interinstitucional, ya que para anunciar la realización de un proyecto, deben haberse logrado antes alianzas estratégicas en blanco y negro, con funciones y responsabilidades asignadas que reflejen claramente los compromisos y es aquí donde creo que se "rompió la pita", porque muchos se han puesto a trabajar en el aire sin antes concretar compromisos y sabrás que yo misma he cometido ese error varias veces y claro, la mejor excusa puede ser la ingenuidad, pero si se debe ser responsable de uno mismo, más aún de fondos que no nos son propios en medio de realidades como la nuestra hoy en día.
La parte que me parece más importante, es la cantidad de conceptos que se han vertido con respecto a desarrollo, arte y cultura y me parece que esta gama de “verdades” se hace posible, debido a la falta de evaluación en actividades similares precedentes a ésta, que han creado falacias y especulaciones con respecto de sus logros debido a la ausencia de indicadores claros. He leído decir, por ejemplo, en medio de varias justificaciones, que el Festiva llevará cultura a lugares lejanos, como asumiendo que no existe cultura en esos lugares y sé que habrán miles de justificaciones y aclaraciones con respecto a esas palabras, pero me parece que aunque sea de cobertura nacional, la dirección del Festival va de afuera hacia adentro de las comunidades, no promueve el desarrollo artístico comunitario, sino el entretenimiento y está bién, es una semilla, es un motivante. He leído que promueve el desarrollo de las artes y la cultura, pero son actividades artísticas que se han producido con otros recursos y me parece que no hay creaciones nuevas y también está bien, es una oportunidad para los artistas de interactuar con nuevos públicos y viceversa. El desarrollo de cualquier proyecto, necesita capital semilla en formación, en educación, en creación, para aspirar a ser sostenible. Festivales con características similares que se han realizado anteriormente por varios años en Guatemala, aún no sostienen a los artistas, quienes participan año con año ad-honorem, ni siquiera a las actividades artísticas . Generan actividades productivas efímeras para técnicos de escenarios, sonido, iluminación, etc., si bien les va y para los comercios del entorno y está bien como actividad económica para los beneficiados. Crean entretenimiento para algunos públicos de algunos sectores sociales, que también está bien si se tiene claro el alcance. Pero insisto, no hay proyecto de desarrollo sino hasta que se logre la sostenibilidad y no hay industria si no se logra sustentabilidad. Para iniciar los proyectos de desarrollo, se hacen necesarios capital semilla, estrategias, alianzas, políticas públicas, formación y educación, etc. Para hablar de industrias, debe haberse logrado ser sostenible y empezar a generar capital y capacidad de ahorro, sustentabilidad. Mientras tanto, los Festivales en nuestro medio son oportunidades valiosas para artistas y públicos, pero están muy lejos de llamarse proyectos de desarrollo. Me parece que en este caso han programado también varios talleres y conversatorios, que seguramente también darán sus frutos, pero los límites y alcances serán los que permite puntualmente cada una de las actividades. Yo les deseo muchos éxitos en este esfuerzo, que logren concretar objetivos reales que puedan alcanzarse y medirse y mucha sabiduría para saber decidir objetivamente cuáles son las buenas y malas prácticas de esta experiencia que les permitirán crecer en beneficio propio y de nuestras comunidades. Lo siento Jessica, no pude ser más breve y tengo pereza de revisarlo… Abriré un blog!
Tu análisis es medular, llega al fondo del asunto y advierte contra algo que marcó este primer festival que, si no se cuidan bien podría ser el último: la falta de planificación y de tiempo para realizar un convocatoria coherente que desembocara en eficiencia.
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