Ahora resulta que para elegir al Premio Nacional de Literatura votamos por un escritor para quedar bien con el Gobierno, resulta que todo estaba listo y preparado para que ganara el que quedó. Me duele la cabeza, me vuelven las palpitaciones, la náusea está a la vuelta de la esquina.
Como lo dije en un post del año pasado, el Premio Nacional de Literatura necesita una revisión, necesita cambios, necesita un replantamiento. Nunca he dicho que es perfecto, ni que lo que decidimos en el Consejo Asesor para las Letras es lo mejor.
Lo que sí digo es que la gente no debería acusar sin antes estar segura de lo que dice. Todo esto del premio ya me está hartando, una decepción más...
Es imposible que todo el mundo quede satisfecho con el escritor que se elige, sobre todo si no es santo de su devoción o su favorito no fue el favorecido.
Ya ni siquiera dan ganas de seguir escribiendo…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
hola Jessica
Espero que este post no sea resultado de mi comentario en facebook. Insatisfecha siempre he sido y seré, esta es una de las muchas cosas que me hacen ruido, yo no veo porque sentirse mal, todos tenemos derecho a manifestar lo que pensamos, por eso sugerí un conversatorio, así todos sabemos sus razones y dejamos de especular.
Un abrazo
Siento este rollo. En realidad, los galardones siempre dejan dudas, porque como se trata de la validación de un proceso, en dos sentidos: el de quien los recibe y el de quien los otorga, pues cabe preguntarse cómo se llegó a tal o cuál conclusión. Pero no es para dejar de escribir, no fregués, es parte de formar parte de comités, páneles, jurados, etc. Si hasta pas en los Nobel! No hay clavo, como me dijo un guardaespaldas en Belice, cuando casi le rompo el saco para no caerme, "no onda, man, no onda".
Desde hace algunos posts que te siento fatalista... Ánimo Jessica.
No hacés lo que hacés para quedar bien con nadie, siempre recordálo!
Publicar un comentario