Desde pequeña he visto a personas pegadas a unas carteleras que está en la 13 calle entre 9 y 10 avenidas de la zona 1. Todas miraban unos papeles amarillos con letras pequeñitas. Más tarde, cuando ya era parte de la fuerza trabajadora, me enteré que eran desempleados en busca de trabajo en los clasificados. Alguien me dijo que iban ahí porque ni siquiera tenían para comprar la prensa.
Ahora que trabajo en la citada dirección, los veo cada lunes y cada jueves. A la hora que llego, casi a las 8:30, ya hay pocos. La mayoría vienen antes de las 8 y salen a dejar sus currículos en cuanto encuentran algo prometedor, o por lo menos no tan gacho. Cada lunes y cada jueves veo caras desesperadas, algunas indiferentes, pocas ilusionadas.
Se supone que trabajar es natural del ser humano. Se supone que aunque no tuviéramos necesidad de ganar dinero, no podríamos vivir sin trabajar. No estoy de acuerdo. A qué horas vamos a vivir?
Quizá esas personas que me ven pasar apurada y emperifoyada pensarán "qué dichosa, ya tiene un empleo". Eso me parece irónico.
Como muchos otros días, hoy no quería venir al trabajo. Es realmente aburrido estar sentada en un cubo de metro y medio, día tras día. Mi cabeza no da más, saltando de tema en tema. Debo ir de la anemia a los tampones, del acné juvenil a los detalles en pareja, de los preparativos de la fiesta de quince años a la canasta básica, en un abrir y cerrar de ojos.
Mientras, el día allá fuera se ve maravilloso, soleado pero no caluroso. Como para capearse. Veo a mí alrededor, todos parecen resignados. ¿Soy la única que pienso así? Definitivamente, no puedo escribir como si estuviera haciendo tortillas. Para mí, simplemente no funciona así.
Vivir así debería estar prohibido. Mi iPod no me ayuda, ni la Internet, ni ver a mis amigos en el Facebook. Me desespero. Divago. Tengo náusea. Hago como que trabajo para que los demás no me juzguen. Mover un dedo quiere un esfuerzo gigantesco, organizar las palabras para que sean coherentes también.
Uh uh, señal de alarma, algo anda mal.
Quizá mañana en lugar de entrar al edificio, debería quedarme viendo esos papeles amarillos y buscar algo nuevo. O simplemente dejar que todo se derrumbre.
Yo, siempre y por siempre, aburrida.
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7 comentarios:
Animo amiga... como canta Moby: Hold on to people they're slipping away. 1X.
Ayyyyyyy! (Largo suspiro) Same back here! Es dificil cuando hay que maquilar...
Mmm, yo pasé en un retiro literario de un año. Sí, avencé 45% la novela, en las primeras seis semanas. Luego me aburrí de no hacer nada, caminar la calle, buscar algo, mirar gente, chupar como coche, curarme las gomas. Era aburrido. Lo que pasa es que somos una generación de aburridos (vos lo decís mejor en tu libro). El trabajo es parte de la vida. Yo al menos sería feliz con fines de semana de tres días. Más productivo.
Yo en cambio sería muchísimo más productivo si no tuviera un trabajo; entonces, sí que trabajaría. Tal vez algún día.
Másallá
Para cuando estes aburrida, cualquier mediodia con una llamadita almorzamos...
No te ofrezco llenarte de esperanzas y positivismo, pero seguro que por lo menos nos aburrimos juntos...
Dale pues! amiga de bajo consumo...
Es fácil, me dijo mi maestro de Tai-Chi: organice su vida. 8 horas de trabajo, 8 horas de sueño; le quedan 8 todavía. 4 para estudiar y 4 para crear. Me lo dijo cuando me quejé de manera similar.
A veces uno no sabe lo que tiene... hasta que lo ve en otros.
Yo no me quejo pero imaginate que el socialité debe de trabajar cuando todos estan celebrando. cuando unos disponen ir al cine del miercoles uno se pone la corbata para ir a la presentación de un nuevo producto. Cuando unas se perfuman para ir a una exposición... otros decimos: vamos a ir a ver a la miiiiisma gente. Eso si... ME ENCANTA TRABAJAR EN ESO. Es la diferencia.
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