jueves, 10 de julio de 2008
No me salen
Quizá uno nace con la cantidad exacta de palabras que uno puede escribir. Algunas personas tienen cantidades ilimitadas, otras casi nada. Tal vez es como un pozo que se seca, que deja de brotar.
Amo las palabras, pero amo más las historias. Tengo muchas en la cabeza, pero últimamente las palabras se niegan a darles forma. Si tan solo pudiera plasmar sin palabras esos enredos que nacen en mi mente cada día.
En cambio, mi mano izquierda se niega a escribir, se encoge, se oculta. La otra, la pequeña, quiere intentarlo, pero nunca tuvo adiestramiento, no se cultivó. Mientras, los dos hemisferios de mi cerebro hacen un pulso para tomar control.
Por ahora, he desarrollado una rutina que nunca imaginé. De ser una chica Sex and the city (al pie de la letra), poco a poco me estoy convirtiendo en una Desperate Housewife. Es el ciclo de la vida, ó es el sistema que me engulle?
Quién sabe, por el momento debo ir al supermercado, urgen los pañales y miles de otras cosas. Maldito SPM.
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2 comentarios:
En secundaria tuve un profe, exsalesiano, comprometido con las bases de izquierda de la Iglesia Católica. Siempre nos decía que el sistema tiene dos formas seguras de tragarse a cualquiera: completar la carrera y el matrimonio y los hijos.
Mirá, atrás se ve a un chavo con dos chicas Hooters?
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